Campaña

23.Oct.2010 / 08:32 am / Haga un comentario

Puente La Victoria derrocó décadas de desidia y corrupciónEl sol inclemente propio de un mediodía oriental indicaban la señal de partida para que Felipe de Jesús Guerra Guerra, neoespartano de nacimiento, pero anzoatiguense de corazón, agarrara su cavita de anime en mano llena de refrescos y agua para emprender su periplo por toda la extensión del antiguo puente La Volca.
La ocasión significaba una oportunidad dorada para vender sus productos y aprovechar la tranca descomunal que se formaba en horas picos, ya que los conductores de automotores pesados y livianos en su afán por transitar el canal rumbo a la entrada de Barcelona desde el sentido Puerto La Cruz, enfrentaban una verdadera odisea que incluso demoraba una hora, siendo la sed el medio perfecto para que Felipe hiciera su «agosto» y llevar el sustento diario a su hogar.
«La construcción del puente ha aliviado el tráfico bastante en esta zona, tanto que trabajaba yo en la cola, pero me salí porque ahora no hay vida, la obra mejoró la situación, con un solo canal se hacían unas colas tremendas; a veces las colas duraban hasta una hora, por las gandolas, más que todo las horas pico».
Así relataba con añoranza el trabajador informal Felipe de Jesús Guerra Guerra, padre de familia, quien tuvo que optar por instalar un tarantín en la entrada de la urbanización El Cortijo, en los alrededores del hoy flamante puente La Victoria, para seguir vendiendo su agua y refresco, pero ampliando su negocio, dado que ahora ofrece periódicos, dulces, café y otros productos a los residentes de El Cortijo de Oriente y a las personas que hacen un alto en su comercio.
Anécdotas como estás, se hacen cotidianas en aquellos buhoneros viales que utilizaban el hoy puente La Victoria para ofertar cualquier tipo de productos, pero que debieron emigrar a las adyacencias de la redoma Los Pájaros de Barcelona, porque lo que antes duraba entre media hora a una hora en cruzar, ahora se hace en doble canal en solo unos 5 minutos.
Todo esto gracias a la voluntad del gobierno revolucionario de Anzoátegui de la mano del gobernador Tarek William Saab, y de la contribución del Gobierno Central, liderado por el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, con lo que se logró el financiamiento, mediante la Ley Paraguas y FIDES, superior a los 9 millardos de bolívares, para la culminación de la obra, así como sus respectivos accesos viales.
Pese a los contratiempos de fuerza mayor, provocados por los trabajos de reparación sobre el Puente del Río Unare, además de las lluvias que arreciaron durante los meses de mayo a julio, no detuvieron la marcha de la obra, cuyo tiempo de entrega estuvo planificado para el mes de diciembre de 2005, y fue el día 28 de ese mismo mes, cuando Tarek junto a sus hijos, pueblo, miembros del tren Ejecutivo, invitados, residentes, visitantes y toda Venezuela en vivo y directo a través de un pase televisivo nacional, pudieron comprobar y disfrutar de un proyecto que hace 4 décadas era visualizado, pero que nunca antes había contado con la disposición y compromiso para su ejecución.
«Hace 40 años decían que lo iban hacer, pero solo a la gobernación de Anzoátegui le tomó un año su culminación, eso es decir y hacer, demostrando que cuando se quiere, se puede, para beneficio de todos nosotros que somos pueblo», comentaba Yeneira Pérez, comerciante informal y residente de la zona industrial, que recuerda el karma que significaba para los choferes y pasajeros tener que ir a sus trabajos u viviendas ubicadas en la entrada de Barcelona, y también para aquellos trabajadores petroleros que tomaban inevitablemente esta vía.
Todo este esfuerzo indudablemente valió la pena, donde atrás quedaron las antiguas vigas con la inscripción La Volca, que en la memoria de la gente durante décadas quedó fijada, al punto de ser bautizado el viaducto como puente la Volca, pero que de manera acertada fue cambiado a puente La Victoria, por la verdadera conquista que representó el dignificar esta estructura que padeció el paso de cinco gobernadores, que sólo alcanzaron a colocar primeras piedras, constituyéndose según lo señalado en una oportunidad por el Primer mandatario regional, Tarek William Saab en «una burla para el pueblo y ejemplo de la desidia, abandono y corrupción».
No obstante, el manejo diligente de los recursos suministrados por el Gobierno Central, permiten en la actualidad exhibir una estructura firme con dos canales, con vigas prefabricadas, concreto, losas y separadores, barandas y defensas, acero de refuerzo, muro de tierra armada, asfalto, tuberías, engranzonado y acueductos, así como ornato.
Imponente infraestructura entregada en el tiempo prometido a la colectividad anzoatiguense, aspecto que contrasta con la desidia y abandono administrativo de parte de funcionarios de la Cuarta República que no dispusieron de la voluntad necesaria para la construcción de esta importante infraestructura vial, que durante años representó el «icono de la corrupción en Anzoátegui».

 

Hacer un comentario.




Los comentarios expresados en esta página sólo representan la opinión de las personas que los emiten. Este sitio no se hace responsable por los mismos y se reserva el derecho de publicación.

Aquellos comentarios que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto y/o que atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, este sitio se reservará el derecho de su publicación. Recuerde ser breve y conciso en sus planteamientos.